Publicación Meritocrática

Acceso Abierto y Lucha contra la discriminación en el Mundo Académico

La revisión por pares es el núcleo de la publicación científica. Es el método por el que se asignan las subvenciones, se publican los artículos, se promociona a los
académicos y se ganan los premios Nobel. A través del proceso de revisión por pares, un manuscrito es evaluado por expertos en un campo específico, revisado y mejorado por los autores, y finalmente aceptado para su publicación.

El problema de la revisión por pares es que, a pesar de su rigor, adolece de parcialidad porque los revisores compiten por el mismo reconocimiento y recursos.

La solución, sin embargo, no es eliminar la revisión por pares, sino hacer todo el
proceso más transparente y garantizar que la industria de la publicación académica sea realmente meritocrática por naturaleza.

Pero primero, analicemos los problemas de discriminación a los que se enfrenta el
actual proceso de publicación académica.

La Hegemonía de los Hombres Blancos

No es ninguna novedad que el mundo académico, y en particular el STEM, tiene un
problema de diversidad. A pesar de muchos esfuerzos recientes, los círculos académicos siguen estando mayoritariamente poblados por hombres, concretamente por hombres blancos.

Los intentos de abordar esta cuestión aún no han tenido éxito: el 33% de las
universidades del Reino Unido
están retrocediendo en cuanto al número de mujeres en la titularidad. ¿Por qué? Parece que la discriminación empieza incluso antes de los estudios de postgrado.

En 2012, Katherine Milkman (Universidad de Pensilvania en Filadelfia), junto con
varios colegas, enviaron correos electrónicos a 6.548 profesores de 259 instituciones estadounidenses, haciéndose pasar por estudiantes que querían
hablar de oportunidades de investigación. Querían comprobar la probabilidad de
que los profesores respondieran a una solicitud de reunión con un estudiante en
función de su raza. Los correos electrónicos utilizados eran idénticos, sólo los
nombres eran diferentes, seleccionados para que fueran fácilmente reconocibles
por su género y etnia.

¿Los resultados? Con una mayoría abrumadora, el estudio demostró que los
profesores eran más propensos a responder a los hombres blancos
que a las mujeres y a los estudiantes negros, hispanos, indios o chinos. Los académicos de las universidades privadas y de las asignaturas que pagan más de media también resultaron ser los menos respondidos.

Si nos fijamos en las disciplinas, la empresa mostró la disparidad más significativa,
con un 87% de hombres blancos que recibieron una respuesta. En STEM, todas las
instituciones mostraron sesgos significativos contra las minorías y las mujeres.

En cuanto a la etnia, sorprendentemente, los estudiantes asiáticos fueron los que
más prejuicios experimentaron, a pesar de que se sabe que los estereotipos sobre
los asiáticos en el mundo académico suelen ser positivos.

Ahora bien, aunque el estudio de Milkman sólo aborda una pequeña parte de una
carrera académica de éxito, muchos coinciden en que este enfoque puede tener un
mayor impacto en las minorías a largo plazo:

"Este es un pequeño momento: es una sola vez que alguien tiende la mano y busca orientación y ánimo. Pero si cada vez que lo haces te pasa esto, se va a sumar".

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